martes, 17 de mayo de 2016

Maltusianismo


MALTHUSIANISMO  Y  NEOMALTHUSIANISMO

Afirmo que la capacidad de crecimiento de la población es infinitamente mayor que la capacidad de la Tierra para producir alimentos para el hombre.
La población, 

MALTHUSIANISMO  Y  NEOMALTHUSIANISMO

Afirmo que la capacidad de crecimiento de la población es infinitamente mayor que la capacidad de la Tierra para producir alimentos para el hombre.
La población, si no encuentra obstáculos, aumenta en progresión geométrica. Los alimentos tan sólo aumentan en progresión aritmética. Basta con poseer las más elementales nociones de números para poder apreciar la inmensa diferencia a favor de la primera de estas dos fuerzas.
Por medio de esa ley de nuestra naturaleza, que hace que el alimento sea necesario a la vida del hombre, los efectos de esas dos fuerzas desiguales tienen que mantenerse iguales. Esta desigualdad natural entre las fuerzas de la población y la producción de la tierra y esa gran ley de nuestra naturaleza que debe constantemente mantener sus efectos iguales, constituyen la gran dificultad que me parece a mí insuperable en el camino hacia la perfectibilidad de la sociedad. Yo no veo ningún modo por que el hombre pueda escapar del peso de esta ley que gobierna a toda la naturaleza animada.
                                                                      
                                                                                      ROBERT  MALTHUS: Ensayo sobre la población, 1798



LAS IDEOLOGÍAS Y EL CRECIMIENTO DE LA POBLACIÓN

La población mundial  crece rápidamente. Los mayores incrementos se produen  en los países de bajo nivel de vida, que constituyen el Tercer Mundo.

Algunos sostienen que este hecho acarrea grandes perjuicios y riesgos, razón por la cual lo califican de “explosión demográfica”. El aumento veloz de la población a) retardaría y aun podría impedir el desarrollo de las naciones pobres, favorecería su inestabilidad política y social; podría provocar el agotamiento de ciertos recursos naturales necesarios para la vida humana (como la tierra de cultivo, el agua potable, el oxígeno sobre las grandes ciudades); podría originar enormes aglomeraciones humanas cuya convivencia ordenada sería imposible. A quienes sustentan esta posición se les llama controlistas.

Otros entienden, por el contrario, que el crecimiento de la humanidad no presenta todavía los males y los peligros señalados. Los límites de tal crecimiento se ensanchan continuamente  por los progresos de la ciencia y la técnica. Contestan ante quienes se alarman por la explosión demográfica con los siguientes argumentos,  que identifican globalmente a los natalistas:
a-      el aumento rápido de la población ha acompañado todos los procesos de desarrollo económico, y lejos de dificultar el avance de la economía, le sirve de estímulo;
b-      el hombre se halla muy distante del agotamiento de los recursos naturales: la Tierra podría mantener una población diez veces superior a la actual;
c-      no son las grandes concentraciones humanas sino determinadas industrias, las que amenazan destruir parcialmente la naturaleza; una adecuada distribución de la población en el territorio se encuentra dentro de las posibilidades inmediatas.

LA POSICIÓN TERCERMUNDISTA EN SÍNTESIS

Los que se pronuncian por una enérgica limitación de los nacimientos argumentan que el ritmo de crecimiento de la humanidad amenaza con agotar en pocas décadas más las existencias de recursos necesarios para la vida de nuestra especie. Ente tales recursos mencionan la tierra cultivable –que limitaría la capacidad de producir alimentos-,  el agua potable, la madera, el petróleo y otros combustibles, etc. Se traza así el cuadro de un mundo hambriento y sediento. Pero en los hechos ocure que la mayor parte de los recursos vitales son consumidos por los países muy industrializados y no por los países sujetos a la llamada “explosión demográfica”. El consumo de tales recursos se concentra progresivamente  en las áreas de derroche del mundo, lo que entraña una “explosión de consumo” en muchos sentidos más grave que la primera. Dicho de otro modo, el consumo que ocasiona la rápida reducción  de materias primas no es tanto el de subsistencia y moderada atención de las necesidades comunes, sino el caprichoso consumo de las sociedades opulentas.
En abril de 1974 ante las Naciones Unidas, el presidente de Argelia, Huari Boumedienne, aportó un sugestivo ejemplo de ese consumo caprichoso. Señaló que para satisfacer las necesidades alimenticias de los millones de africanos muertos de hambre y de sed en el Sahel africano a consecuencia de la sequía prolongada, hubiera alcanzado con disponer de la vigésima parte  de lo que los países desarrollados destinaron en granos para alimentar a su ganado.

                                       si no encuentra obstáculos, aumenta en progresión geométrica. Los alimentos tan sólo aumentan en progresión aritmética. Basta con poseer las más elementales nociones de números para poder apreciar la inmensa diferencia a favor de la primera de estas dos fuerzas.
Por medio de esa ley de nuestra naturaleza, que hace que el alimento sea necesario a la vida del hombre, los efectos de esas dos fuerzas desiguales tienen que mantenerse iguales. Esta desigualdad natural entre las fuerzas de la población y la producción de la tierra y esa gran ley de nuestra naturaleza que debe constantemente mantener sus efectos iguales, constituyen la gran dificultad que me parece a mí insuperable en el camino hacia la perfectibilidad de la sociedad. Yo no veo ningún modo por que el hombre pueda escapar del peso de esta ley que gobierna a toda la naturaleza animada.
                                                                      
                                                                                      ROBERT  MALTHUS: Ensayo sobre la población, 1798



LAS IDEOLOGÍAS Y EL CRECIMIENTO DE LA POBLACIÓN

La población mundial  crece rápidamente. Los mayores incrementos se produen  en los países de bajo nivel de vida, que constituyen el Tercer Mundo.

Algunos sostienen que este hecho acarrea grandes perjuicios y riesgos, razón por la cual lo califican de “explosión demográfica”. El aumento veloz de la población a) retardaría y aun podría impedir el desarrollo de las naciones pobres, favorecería su inestabilidad política y social; podría provocar el agotamiento de ciertos recursos naturales necesarios para la vida humana (como la tierra de cultivo, el agua potable, el oxígeno sobre las grandes ciudades); podría originar enormes aglomeraciones humanas cuya convivencia ordenada sería imposible. A quienes sustentan esta posición se les llamacontrolistas.

Otros entienden, por el contrario, que el crecimiento de la humanidad no presenta todavía los males y los peligros señalados. Los límites de tal crecimiento se ensanchan continuamente  por los progresos de la ciencia y la técnica. Contestan ante quienes se alarman por la explosión demográfica con los siguientes argumentos,  que identifican globalmente a los natalistas:
a-      el aumento rápido de la población ha acompañado todos los procesos de desarrollo económico, y lejos de dificultar el avance de la economía, le sirve de estímulo;
b-      el hombre se halla muy distante del agotamiento de los recursos naturales: la Tierra podría mantener una población diez veces superior a la actual;
c-      no son las grandes concentraciones humanas sino determinadas industrias, las que amenazan destruir parcialmente la naturaleza; una adecuada distribución de la población en el territorio se encuentra dentro de las posibilidades inmediatas.

LA POSICIÓN TERCERMUNDISTA EN SÍNTESIS

Los que se pronuncian por una enérgica limitación de los nacimientos argumentan que el ritmo de crecimiento de la humanidad amenaza con agotar en pocas décadas más las existencias de recursos necesarios para la vida de nuestra especie. Ente tales recursos mencionan la tierra cultivable –que limitaría la capacidad de producir alimentos-,  el agua potable, la madera, el petróleo y otros combustibles, etc. Se traza así el cuadro de un mundo hambriento y sediento. Pero en los hechos ocure que la mayor parte de los recursos vitales son consumidos por los países muy industrializados y no por los países sujetos a la llamada “explosión demográfica”. El consumo de tales recursos se concentra progresivamente  en las áreas de derroche del mundo, lo que entraña una “explosión de consumo” en muchos sentidos más grave que la primera. Dicho de otro modo, el consumo que ocasiona la rápida reducción  de materias primas no es tanto el de subsistencia y moderada atención de las necesidades comunes, sino el caprichoso consumo de las sociedades opulentas.
En abril de 1974 ante las Naciones Unidas, el presidente de Argelia, Huari Boumedienne, aportó un sugestivo ejemplo de ese consumo caprichoso. Señaló que para satisfacer las necesidades alimenticias de los millones de africanos muertos de hambre y de sed en el Sahel africano a consecuencia de la sequía prolongada, hubiera alcanzado con disponer de la vigésima parte  de lo que los países desarrollados destinaron en granos para alimentar a su ganado.

                                       

Se puede vivir sin Mc Donalds??

http://piriapolisyhongdo.blogspot.com.uy/2015_05_01_archive.html